La eternidad vendrá.
Nunca.
Los sueños inquietos en mí.
¡Nunca!
El regreso al remanso húmedo
de tu piel.
de tu piel.
Pardusco y hediondo sufrir.
Moho de sangre.
Grietas de inmundicias.
Escondido como una mancha indeseable.
No es heroico, ni valiente.
No es martirio, ni redención.
Es sólo un terrible pantano.
Negro y pegajoso entorno.
Agobiante.
Asfixiante.
Insoportáblemente sucio.
Eterno.
Eterno.
El tiempo ha de irse y se irá.
Tú has de irte y te irás.
Yo he de irme.
Yo he de irme.
Entumecidos mis brazos,
se prenden a la tierra muda,
quieta, confusa.
quieta, confusa.
¡Inertes!
Mis sueños cultivados con esmero.
Inertes.
Los pétalos de tus labios sobre mí.
¡Ya no pueden traerme de regreso!
Ya he de hundirme y envolverme
en esa substancia,
negra, fría, y repugnante,
de una vida inerte.
18 de Septiembre de 2001. Amparo Carranza Vélez
de una vida inerte.
18 de Septiembre de 2001. Amparo Carranza Vélez
3 comentarios:
Bravo Amparo, un poema fuerte y crudo pero bello a la vez con la belleza de la palabra.
FELICITACIONES por este blog!!!
besos
Elisabet
pasando por tu blog Amparo, leyéndote con gusto, besos, Julia del Prado
http://Juliesusfotosyescritos.blogspot.com
http://losamigosdejulie.blogspot.com
http://eltuturutudejulie.blogspot.com
La ciénega solo ahogaría a la persona inquieta y creadora que hay en ti... Excelente tu poema!, es un placer leerte
Saludos!!
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