de tu piel.
Eterno.
Yo he de irme.
quieta, confusa.
de una vida inerte.
18 de Septiembre de 2001. Amparo Carranza Vélez
Palabras que surgen desde lo más oscuro de mi mente.
Volveré a los mismos casilleros,
volveré a los mismos colores,
a los mismos números.
Dar vueltas en un mismo juego.
En un sin fin de giros.
Soy la blanca esfera
que dicta el destino de tantos.
Encerrada
en el mismo círculo.
Y otra vez me arrojan.
Y otra vez salto,
y brinco
nerviosa, enérgica,
pensando que llegaré a un lugar distinto.
Hasta que la fuerza amengua
y vuelvo a girar
en ese disco de madera,
con números, con cubículos,
con los nuevos destinos
que nunca han de ser los míos.
27 de Noviembre de 2000. Amparo Carranza Vélez.
Escucho tu aliento
entre las piedras.
Danza escurridiza
un ánima en el viento.
Y cae una última llovizna sobre tus huellas.
¡¡¡Rasguño la tierra para encontrarte!!!
Busco encontrarte con mi piel.
Mi piel con matices de gris,
para que reviva
en el trueno de tu recuerdo.
Viene.
Vino.
A visitarme.
La muerte.
Con sus ojos violetas,
su máscara de polvo,
su sonrisa de marfil.
Se sentó a mi lado
y me susurró uno a uno,
todos...
cada uno,
de los nombres perdidos.
Me tomó de la mano
y suspiró,
los vientos de los mares del hielo.
Abiertas las fauces de la noche.
Me miró a los ojos,
abrió su manto de moho y soledad,
y en su frialdad me dio cobijo.
Refugio estático.
Voz estática.
Me toma.
Me toma la muerte como compañera tácita
de sus andanzas,
de sus recuerdos,
de su risa en el tic-tac del reloj,
de su loca danza en la noche.
Habla, Muerte, habla.
Nunca me has nombrado.
Di, Muerte, di.
Mi nombre.
Busca, Muerte, busca.
Mi costado.
3 de Mayo de 1999. Amparo Carranza Vélez.
El tren de aire,
sigue sin regresar, sigue y se desliza.
A través de nieblas y humos,
de largos inviernos,
de lánguidos otoños desprendidos.
Se detiene en la estación de un rostro.
Su nombre no importa.
El saber el nombre
no otorga poder sobre el rostro.
Y cual felino salvaje, se aleja.
Comienza su viaje nuevamente,
sobre un campo de hierro,
sobre esos dos horizontes.
Futuro y pasado.
Pasado y futuro.
El presente,
es la imagen que logro divisar,
y en esa imagen nunca te encuentro.
Tu rostro ya dejé.
Y mi última estación llegará sin ti.
Sé que será sin ti.
Como siempre lo ha sido.
Recorro el tiempo sobre los hilos de plata,
llenos de sangre derramada,
vacíos de sol,
llenos de barro y lluvia desquiciada.
Por más que quiera volver,
el tren sigue, sigue, sigue
su ruta enceguecido,
loco, desatado, sin control,
manejado por el grito sutil,
el sonámbulo,
el muerto con poder.
Atada, me arrastra consigo,
como torbellino de ruidos,
remolino de sangre,
tornado, huracán.
Me arrastra hacia el silencio inmenso,
hacia la única esperanza de olvido,
hacia el final metálico y cortante.
Absolutamente blanco.
Absoluto.
3 de Mayo de 1999. Amparo Carranza Vélez.
Sonrisa anónima
en mi desierto.
Un hilo de agua sostiene mi mundo.
Mis manos se quiebran
en las arenas del olvido.
La clave del misterio
en tu rostro.
Una incógnita.
Un profundo abismo de negrura,
en tus supuestos ojos.
Se esparce la muerte dentro de mí.
Se enardece el arañazo sobre el espejo.
Se estancan todos los pantanos.
en mi garganta.
Y permanecen.
Permanece la imagen quieta de tu recuerdo.
Una máscara de tormentoso mirar.
Esa máscara tuya.
Sonríes…
Mientras me estrangulo.
Sonríes…
Como un macabro arlequín.
Arlequín del misterio.
De ese misterio de dolor.
¡Nunca te vi, ni te veré!
4 de Septiembre de 1998. Amparo Carranza Vélez.
Una caída.
Un golpe.
La mudez.
La negrura eterna.
Antes de tiempo…
Decidiste irte antes de tiempo.
Y tu danza no persistirá
en la vida de altibajos,
ni tu mente ha de pender más
del hilo de los recuerdos.
Como música irrepetible,
tus notas inéditas,
callarán en el “nunca”.
¡Para ti ya no hay más “quizás”!
Te silenciaste,
como un instrumento de museo,
como un ave dentro del océano.
La ventana.
La inmensidad.
Tu libertad.
Inconclusa música de tu alma.
Silencio en los ángeles de tu nombre.
(Y uno se acostumbra a tu silencio)
Antes de tiempo…
Decidiste irte antes de tiempo.
11 de Agosto del 1998. Amparo Carranza Vélez.